Socialismo de Morón: XXIII CONGRESO DE LA INTERNACIONAL SOCIALISTA: INFORME

15 septiembre 2008

XXIII CONGRESO DE LA INTERNACIONAL SOCIALISTA: INFORME


XXIII Congreso de la Internacional Socialista

Solidaridad Global: La valentía de lograr la diferencia

LA CRISIS ALIMENTARIA GLOBAL
1.
La Internacional Socialista es de la opinión que la crisis alimentaria global es una de las mayores amenazas a la paz y a la seguridad en el mundo, particularmente en los países en desarrollo más vulnerables, y propugna un detenido estudio de las maneras en que opera actualmente el sistema agrícola mundial.

2.
Desde fines del año pasado, ha habido disturbios, protestas y manifestaciones al menos en 36 países –yendo desde Asia a Africa a América Latina y el Caribe- contra la escasez de alimentos que se extiende rápidamente y el alza de los precios a escala mundial que ha elevado el precio de los alimentos a los niveles más altos vistos en décadas.

Para aproximadamente los mil millones de personas que sobreviven con menos de un dólar por día, y dos mil millones y medio de personas -40% de la población mundial- que viven con menos de dos dólares diarios, de acuerdo con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, la rápida alza de precios, especialmente de alimentos básicos como el arroz, el maíz y el trigo, ha sido una calamidad.

La crisis que afecta a la provisión de alimentos en el mundo hace más profunda no sólo la pobreza y mina la estabilidad en países y regiones donde las presiones económicas y sociales son severas, sino que aumenta al mismo tiempo los factores que empujan a un vasto número de personas a emigrar a las áreas urbanas y desde el Sur hacia el Norte, y esto en momentos en que aumenta la xenofobia y se implementan leyes más duras contra los inmigrantes en los países desarrollados.

3.
La crisis alimentaria surge del alza de los precios de la energía, unos mercados agrícolas mínimamente regulados, la especulación financiera, la creciente demanda de las economías emergentes, el conflicto armado en algunos países y la producción de biocarburantes que va en aumento y es a veces fuertemente subvencionada.

La crisis se agrava debido a las extremas condiciones del tiempo, debido al cambio climático, incluyendo la sequía, como en Australia, uno de los mayores productores agrícolas del mundo, donde las cosechas de trigo y arroz han sido devastadas, y tormentas cada vez más violentas, como aquéllas que han causado desastres en Centroamérica, en parte del Asia y otras regiones en años recientes.

De acuerdo a recientes estudios científicos, el cambio climático –particularmente la manera en que afecta negativamente los recursos hídricos necesarios para el cultivo de cosechas- amenaza con reducir la producción alimentaria a la mitad en algunas áreas del mundo en poco más de una década.

Al mismo tiempo, las dos áreas de empresas globales que utilizan la mayor cantidad de agua, la producción de energía proveniente de combustibles fósiles y la agricultura industrial con su intenso uso de productos químicos, se encuentran entre los principales contribuyentes al calentamiento global.

4.
El peor efecto de las actuales políticas ha sido el descuido y socavamiento de la agricultura interna en los países en desarrollo. El cambio de énfasis en décadas recientes, sustituyendo la producción interna con la importación de granos básicos y de alimentos procesados, con fuertes subsidios de parte de gobiernos en el mundo desarrollado, ha dejado sin trabajo a los agricultores de pequeños predios prácticamente en todas partes.

Más aún, los recortes a los presupuestos destinados a la investigación y al desarrollo agrícola por parte de gobiernos y agencias internacionales ha dejado a los sistemas agrícolas incapaces de responder a las crecientes necesidades de hoy de una mayor producción.

Esto se hace más evidente con respecto a la creciente escasez de granos básicos en el mundo en desarrollo, donde los agricultores que no cuentan con los conocimientos o las tecnologías para producir mayores cosechas, son simplemente incapaces de alimentar las poblaciones que cada vez más no pueden enfrentar el aumento de los precios de las importaciones.

5.
La Internacional Socialista cree que la crisis alimentaria podría haberse evitado y que ella puede ser superada dándole una nueva dirección, un nuevo enfoque y una nueva política.

Lograr la seguridad alimentaria en el mundo en desarrollo requiere en primer lugar una respuesta coordinada y multilateral, tanto a nivel global como regional, basada en una necesidad mutua y una cooperación de amplio alcance, en lugar de la competencia, corta de miras y debilitante, entre naciones.

Este esfuerzo requiere un renovado sentido de solidaridad –en este caso, poniendo los valores humanos por encima de los valores de intercambio- y debería enfocarse en revitalizar la producción interna y descansar en alimentos más tradicionales, apoyándose en niveles sustancialmente más altos de inversión pública para el desarrollo y tecnologías de la agricultura.

La Internacional reconoce el importante papel de las mujeres en la producción interna y la distribución de las cosechas de alimentos en el mundo en desarrollo, particularmente en Africa, y subraya la necesidad de reforzar sus niveles de educación y oportunidades económicas, de manera que ellas puedan participar plenamente en el desarrollo de nuevas políticas agrícolas.

La producción de biocarburantes debería ser reconocida y regulada, a fin de que no mine la producción y distribución de alimentos básicos.

A nivel internacional, debería haber una reorientación y un reforzamiento de los programas de ayuda a la producción agrícola y a la distribución de alimentos por parte de las naciones de la OCDE, las agencias internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como también instituciones regionales incluyendo al Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo Asiático. Se debería prestar una atención especial a incrementar los presupuestos de centros vitales de investigación agrícola, y destinar préstamos y recursos para ayudar a agricultores en países en desarrollo a mejorar sus métodos en sus campos.

Con respecto a los países más inmediatamente afectados por los desastres naturales y humanos, o amenazados por la hambruna, los planes de emergencia de distribución de alimentos, especialmente por parte de las Naciones Unidas, deberían recibir mayor relevancia y ser reforzados en términos de recursos humanos y financieros.

6.
La crisis alimentaria es un ejemplo no sólo de cómo los mercados por si mismos no pueden proveer las soluciones, sino que también de cómo los mercados, cuando se dejan solos, pueden aumentar un problema que necesita solución.

Durante los años 1960 y 1970, Asia se embarcó en una Revolución Verde, la cual uniendo fuerzas entre países pobres y naciones ricas y políticas gubernamentale prácticas e inversiones públicas en la ciencia de la alimentación, dieron como resultado un crecimiento sustancial de las cosechas y redujeron significativamente la amenaza de la hambruna.

La economía global ha evolucionado en gran medida desde entonces, pero con voluntad política y determinación, las políticas agrícolas aún pueden ser reformuladas de manera coordinada a nivel nacional, regional y global para aliviar la crisis alimentaria de hoy y para hacer avances sustanciales para reducir el hambre en general.